La historia del restaurante Masia Les Garrigues dio comienzo con su fundación en 1976 y, durante las siguientes dos décadas, alcanzó cierto renombre en la comarca gracias a su buen hacer cotidiano. Sin embargo, su despegue definitivo no se produjo hasta 1998, cuando fue adquirido por la familia Bessó Gaya, en aquella época copropietaria de la discoteca Borgia y responsable del restaurante L’Altell, situado en las instalaciones de dicho espacio lúdico.
El entusiasmo por la cocina que demostró entonces Jaime Bessó, el nuevo dueño, fue clave para hallar en Jaume Gatius el cocinero ideal con el que sacar adelante sus creaciones, siempre inspiradas en el recetario de la cocina catalana. La feliz simbiosis propició el salto de calidad que venía reclamando el negocio. Y su evolución hasta las más altas cotas de profesionalización jamás alcanzadas se produjo cuando, con la llegada de su hijo mayor Jaume, irrumpió la siguiente generación de los Bessó. Despacito y con buena letra, Masia Les Garrigues acabó convirtiéndose en el complejo hostelero que es hoy, uno de los referentes de la provincia de Lleida.
La reforma de L’Altell y su reconversión en diferentes salas para banquetes, así como una propuesta culinaria a caballo de la tradición y la modernidad, y el encaje de los fogones de interior con los aires mediterráneos, no son sino consecuencia de una concepción de la cocina capaz de adaptarse a cada momento y circunstancia.